La política migratoria de México ha sido históricamente muy reactiva a la que instrumenta Estados Unidos, sin programas o planes a largo plazo y en la que las autoridades estadounidenses asumen que la frontera sur mexicana es su tercera frontera.
Así lo dijo María Dolores París Pombo, especialista de El Colegio de la Frontera Norte, en el marco del foro virtual Relación de México-Estados Unidos en materia migratoria que organizó el Senado. Agregó que, ante la crisis, nuestro país requiere una política de refugio y asilo.
Ante senadores y expertos, insistió en que la política migratoria en México ha sido históricamente muy reactiva a la política migratoria de Estados Unidos. Esto, aclaró, no quiere decir que no exista una soberanía en la toma de decisiones del Estado mexicano al respecto, sino que realmente no ha habido la decisión de diseñar a largo plazo una política migratoria.
Expuso que el llamado Protocolo de Protección al Migrante que estableció el actual gobierno mexicano es “un enorme eufemismo”, porque es lo mismo del programa conocido como Quédate en México.
Consideró que México se está convirtiendo, cada vez más, en un país de destino y no sólo de migrantes, sino, sobre todo, en uno que recibe a aquellos con necesidades de protección internacional, por lo que, además de diseñar una política migratoria, requiere una de asilo.
La investigadora también refirió que es difícil entender los acuerdos entre México y Estados Unidos, pues no cuentan con instrumentos por escrito que puedan estudiar los académicos, lo cual contrasta con los convenios pactados en esta materia de Europa con países del norte de África.